La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible busca reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita a nivel minorista y de consumo, así como disminuir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro, incluyendo las pérdidas posteriores a la cosecha (objetivo ODS 12.3) (UN, 2015). Lograr este objetivo tendría implicaciones significativas en la lucha contra el cambio climático.

Según la FAO, la pérdida y el desperdicio de alimentos representan entre el 8 y el 10 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Estos cambios impactan negativamente en los rendimientos de los cultivos, pueden reducir la calidad nutricional de los alimentos y causar interrupciones en la cadena de suministro (FAO, 2022).

Mientras tanto, según el informe Estado de la Alimentación y la Agricultura de la FAO aproximadamente el 14 por ciento de los alimentos en el mundo (con un valor de $400 mil millones al año) continúa perdiéndose después de ser cosechados y antes de llegar a las tiendas 8 (FAO, 2019).

En cuanto a la situación de la pérdida y el desperdicio de alimentos en España, se pierden cada año 1.300 millones de litros y kilos de alimentos, y a nivel mundial, la producción de alimentos que se desperdicia genera el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

El envasado es un componente crucial de la cadena de suministro que tiene un impacto en la reducción de la pérdida de alimentos. La FAO afirma que las pérdidas en casi todas las etapas de la cadena alimentaria pueden reducirse mediante el uso de un envase adecuado (FAO, 2015). En un informe del Instituto Americano de Envase y Medio Ambiente (AMERIPEN), los autores hacen hincapié en la función protectora del envase y lo mencionan como una solución subutilizada que podría reducir significativamente el desperdicio de alimentos (AMERIPEN, 2018).

Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cantabria, la Cátedra UNESCO en Ciclo de Vida y Cambio Climático ESCI-UPF, la Universitat de Lleida (UdL) y la Universidad de Santiago de Chile en 2020, contribución de la pérdida y el desperdicio de alimentos por procesamiento y embalaje es del 7,4% en España (Laso et al., 2021).

Las innovaciones en el envase podrían representar una herramienta para aumentar la sostenibilidad global de la producción de alimentos y reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos al prolongar la vida útil (shelf life), definida como el período durante el cual la calidad del producto alimenticio es satisfactoria. Según FAO, la vida útil varía desde corta, por ejemplo, frambuesas y otras bayas, hasta aquellos productos que naturalmente se adaptan a períodos de almacenamiento más largos, como cebollas, papas, ajos, calabazas, etc. (FAO, 2004).

En este sentido, los socios de ARECO se comprometen a fomentar la sostenibilidad. Conscientes de la importancia de reducir el desperdicio de alimentos y su impacto en el medio ambiente, ARECO han invertido en tecnologías avanzadas de envasado que ayudan a prolongar la vida útil de frutas y verduras. Estos sistemas de envasado mejorados incluyen características como control de humedad, regulación de temperatura y liberación de gases, que se adaptan específicamente a las necesidades de cada producto.

Un ejemplo de ello son los Envases Reutilizables de Transporte (ERTs) que emplean sus asociados, cuyo diseño juega un papel fundamental en prolongar la vida del producto al ayudar a eliminar el calor del campo más rápidamente durante el preenfriamiento llegando a prolongar en promedio, según un estudio realizado por IFCO, hasta 4 días la vida útil de los productos contenidos en comparación con las cajas de cartón de un solo uso (Lippert QM, 2018). En algunos casos, como en el caso de las setas, el incremento de la vida útil es incluso superior, pasando de 4 días en la caja de cartón (cuando el 40% de las setas que ya no son comestibles) a 12 días en ERTs.

Fig 1: Resultado del estudio sobre la vida útil de las setas con diferentes envases (Lippert QM, 2018)

En general, el uso de los ERTs ha mostrado un potencial prometedor en la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos a lo largo de la cadena de suministro. Al proporcionar una solución de envase duradera y eficiente, las cajas de plástico reutilizables contribuyen a preservar la calidad y frescura de los productos, minimizando así las pérdidas y promoviendo un enfoque más sostenible en la distribución de alimentos, en línea con el cumplimiento de los ODS.

 

Sahar Azarkamand, investigadora de la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático de la Escuela Superior de Comercio ESCI-UPF 

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